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martes, 15 de octubre de 2019

La chapuza de Notre Dame: un empleado novato doblando turno no supo guiar al vigilante cuando saltó la alarma


La chapuza de Notre Dame: un empleado novato doblando turno no supo guiar al vigilante cuando saltó la alarma


La causa del incendio de la catedral aún no está clara, sin embargo, hay certeza sobre la lentísima y errática respuesta al fuego


Seis meses después, las causas que provocaron el incendio de Notre-Dame aún no se conocen. Pero la cronología de los hechos está cronometrada con precisión por, entre otros, por Le Monde y The New York Times, que dejan patente que la respuesta inicial fue desastrosa. La catedral parisina era la única en Francia con un puesto de control de seguridad. Estaba en el presbiterio, una casita junto a la catedral en el lado del Sena. Era la vivienda del guarda. En 2014, la empresa Elytis instaló allí su sistema de seguridad de incendio. Dos empleados deberían compartir turno: el jefe vigila el panel; el otro hace rondas y se persona en el lugar señalado por las alarmas en menos de cinco minutos. Pero los recortes han dejado el servicio en un empleado por turno.

Lunes 15 de Abril. Un empleado identificado M.D. ha entrado a trabajar a las 7.30 y debe terminar a las 15:30. Pero el relevo no se presenta y empalma el segundo turno que dura hasta las 23. A las 18:18 horas se ilumina el piloto rojo de fuego en el panel de control. En la pantalla se lee «desván nave/sacristía» y un código: ZDA-110-3-15-1. Avisa al vigilante de guardia, Jean Paul B, un expolicía que lleva cinco años en la catedral. En un minuto comprueba que en la sacristía, un edificio adyacente a la catedral, todo está en orden. A las 18:23, como se desconoce qué desató la alerta, los altavoces difunden la orden de desalojo. Unas 800 personas salen en orden del templo. En su mayoría son turistas pero también hay fieles. El oficiante, Jean Pierre Caveau, se queda junto al altar. El guarda de la catedral, Joachim, que fue antes sacristán, se une a Jean Paul en un registro exhaustivo de la sacristía. Antes, al pasar por el puesto de control, le ha dicho al novato que llame a su jefe, Emmanuel P., para saber qué quiere decir el código.

A las 18:43 llega la respuesta. El código corresponde a uno de los 160 detectores de humo del complejo sistema de alarma, ubicado en el ático de la catedral, no en la sacristía. A las 18:45 cuando suena la alarma por segunda vez. Los fieles que habían vuelto al templo (no así los turistas) son desalojados. Tres puertas y 300 peldaños separan al vigilante y al rector (que esperaba el final de la misa para un ensayo de un concierto) del bosque de vigas que sostienen el techo. Cada una procede de un árbol diferente. Cubren un espacio de más de 100 metros de largo por 13 de ancho en la nave (40 en el transepto) y 10 de alto. Al abrir la última puerta, las llamas son impresionantes. A las 18:48 el agente de seguridad llama a los bomberos. Ha pasado media hora desde la primera señal de alarma. «Creo que arde Notre Dame» se lee en Twitter a las 18:52. Las primeras imágenes del interior de Notre Dame tras la tragedia Sobre las 19:00 los primeros camiones de bomberos llegan a la explanada. Notre Dame es ya una tea atizada por el viento que llega desde el este. El general Jean Claude Gallet, jefe de la brigada de París, llegará a tener a sus órdenes a 600 soldados del fuego (en Francia, los bomberos son un cuerpo militar). Es quien toma la decisión de dejar arder el techo y concentrarse en salvar las torres, empezado por la norte. 21:30. Macron llega y se se dirige a la nación por televisión desde delante de la catedral. Dos barcos bombean agua del Sena a los camiones que la lanzan a 4.000 litros por minuto con la ayuda de 13 brazos elevadores. La estrategia de los bomberos funciona. El incendio se da por controlado a las 23:00. Pero se necesitarán siete horas para extinguirlo del todo.


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