Las colas en los controles de seguridad de la terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, que vive la tercera jornada con complicaciones, han alcanzado los 40 minutos alrededor de las 10 horas, cuando la fila de personas ha llegado hasta la calle. Muchos de los pasajeros que hacían la espera se han mostrado indignados porque no entendían lo que estaba sucediendo, ni la causa de estas colas inusuales, según ha podido constatar Efe.
Desde primera hora de la mañana, la terminal del aeropuerto barcelonés ha acogido densas colas en los controles de seguridad, que gestiona la empresa Eulen, y que hasta las 9:30 horas han rondado los 20 minutos. Estas colas se suman a las del domingo y el lunes, que los trabajadores de la empresa concesionaria del servicio, Eulen, situaron en hasta dos horas, pero que Aena rebajó a 43 minutos.
Las complicaciones se están produciendo en los controles de seguridad, que son los primeros filtros que hay que pasar cuando se llega a la terminal, y que no tienen que ver con los controles de pasaportes, que es donde hubo colas antes del verano por la puesta en marcha de la nueva normativa de seguridad antiterrorista. El origen de las complicaciones actuales tienen su origen en el conflicto laboral que mantienen Eulen y los trabajadores, ya que estos últimos atribuyen las colas a la falta de personal, pues aseguran que en algunos puntos en los que tendría que haber cinco efectivos solamente hay dos o tres.
Sin embargo, esta situación se vendría produciendo desde hace tiempo y, como la llegada de los problemas ha coincidido con la convocatoria de huelga por parte de la plantilla, se han disparado las alarmas sobre una posible huelga de celo, dado que no ha habido ningún volumen extraordinario de vuelos o pasajeros que justifique los incidentes en este momento. Los trabajadores, por su parte, niegan este extremo y sostienen que la diferencia respecto al invierno es que ahora no hay voluntarios para hacer horas extra.
Hace unos días, el comité de huelga de la empresa anunció la convocatoria de paros parciales de forma indefinida todos los viernes, domingos y lunes, a partir del próximo 4 de agosto. Los paros serán de una hora de duración para evitar un caos en el aeropuerto barcelonés, y tendrán lugar de 05.30 a 06.30 horas, de 10.30 a 11.30 horas, de 16.30 a 17.30 y de 18.30 a 19.30 horas. Los trabajadores reclaman más personal porque aseguran que en la actualidad trabajan "al 200 %", en jornadas maratonianas que pueden llegar a las 16 horas, y sometidos a alta presión y estrés. Añaden que están "bajo mínimos" porque, desde que entró la nueva concesionaria, Eulen, hace un año, se han producido "30 excedencias, más de 35 bajas voluntarias y más de 30 bajas médicas por estrés y ansiedad".
Esta mañana, empresa y plantilla se reunirán con la mediación de la Generalitat para intentar resolver el conflicto y pedirán la implicación directa de Aena, que se mantiene al margen porque considera que se trata de un conflicto interno de una empresa privada.
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