El texto recoge varias medidas orientadas a mejorar la formación y la acreditación curricular, aunque dependerá de la colaboración del Ministerio de Educación, y otras para facilitar la reinserción en el ámbito civil. Aquí se destaca la posibilidad, mediante la modificación de la Ley de Seguridad Privada, de que “determinado personal pueda ejercer las funciones de vigilantes de seguridad, vigilantes de explosivos, escoltas privados, guardas rurales, guardas de caza o guardapescas marítimos” sin necesidad de la prueba exigida para ello.
“Como eramos pocos (…)” ¿Y por qué no los mantienen en el ejército? ¿es que una persona en el siglo XXI con 45 años ya no tiene cualidades físicas o psicológicas suficientes para continuar como militar? ¿Y donde dejamos la experiencia?
Y la solución es endosarle a la empresa privada que sí puede aceptar en sus filas a personas sin las capacidades físicas y/o psicológicas adecuadas. “Es decir a un VIEJO de 45 años”.
¿Por qué menosprecian así la preparación de los profesionales de la seguridad privada, pretendiendo regalar de aquella manera el título que a muchos de ellos les ha costado tanto obtener?
Parece que los políticos no leen la prensa, ‘vigilantes agredidos a diario en todas las ciudades, en hospitales y estaciones de metro, en festejos populares y centros comerciales. ¿Los militares están expuestos a este estrés diario en sus destinos? ¿a que no?. ¿Estarán psicológica y físicamente preparados para sobre llevar el día a día del vigilante?
¿Saben los políticos cuántos TIP hay expedidos y cuántos están en ejercicio?
Que un soldado al que el ejercito desprecia por su edad pueda ser vigilante de seguridad nos parece perfecto, pero que jueguen en igualdad de condiciones que el resto de trabajadores que acceden al sector, los atajos para obtener las cosas nunca son buenos ni justos.
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