miércoles, 15 de marzo de 2017

STOP EMPRESAS PIRATAS

Indignación y repulsa ha causado en la profesión el último caso de empresario pirata de la seguridad privada detenido por la policía nacional en la localidad gaditana de San Roque acusado presuntamente por delitos contra los derechos de los trabajadores y estafa.


El empresario pirata de seguridad privada, del cual no ha trascendido hasta el momento la empresa que utilizaba para sus fechorías, contrataba a trabajadores con condiciones laborales abusivas aprovechándose de las condiciones personales de los afectados. Su "modus operandi" consistía en ofrecer a personas en situación de extrema necesidad contratos con una serie de condiciones laborales engañosas y abusivas, sin rubricar en un contrato laboral formal todo lo relativo a horarios de trabajo, cotización a la seguridad social, sueldo convenido. Los trabajadores que finalmente se han visto obligados a denunciar estos hechos, han manifestado que no habían percibido retribución alguna por el trabajo desempeñado, ya que este señor se dedicaba a entregar cheques y pagarés sin fondos, teniendo que abonar además los mismos afectados una cantidad a la entidad bancaria una vez acudían a cobrar los mismos.

 El hecho de favorecer a los convenios colectivos de empresas antes que los convenios de rango nacional, como contempla el actual marco laboral, está generando una clara precariedad de las condiciones económicas, pues estos convenios de empresas  están siendo utilizados para abaratar costes y rebajar salarios, en algunos casos rayando el salario mínimo interprofesional.

Entendemos que la administración debería vigilar minuciosamente que los convenios pactados a nivel de empresa no supusieran ningún recorte de las condiciones laborales y económicas al personas que se vea afectado, porque consideramos que estas prácticas son una perversión de la norma. Al contrario, este tipo de pactos o acuerdos deberían estar sujetos obligatoriamente a contemplar mejoras con respecto al marco general. Por desgracia no es así y vemos a diario como puede haber compañeros vigilantes de seguridad cobrando un 30 y un 40 por ciento menos de lo que marca el convenio nacional, y todo ello con el consentimiento de la actual legislación, que esta generando una dinámica donde hay trabajadores y trabajadoras de de primera, de segunda y hasta de tercera clase, dependiendo la suerte que tenga cada uno con la empresa de seguridad que se haga cargo del contrato donde se presta servicio.

Especialmente sangrantes son las contrataciones públicas de este tipo de servicios, donde las autoridades y responsables políticos se ponen de perfil argumentando que las empresas a las que se han adjudicado los servicios de seguridad "cumplen con la ley" y que lo único que pueden hacer es permanecer con una actitud vigilantes para hacer acatar la legalidad. Un auténtico mercadeo donde termina por quedarse con el contrato de seguridad la empresa de seguridad que tiene la oferta más barata sin mirar más allá. En muchos casos, los vigilantes que tienen la mala suerte de pasar subrogado de una empresa normalita a una mala, entran en una espiral de precariedad galopante, donde pasa de cobrar de un día para otro un 30 % menos de salario realizando las mismas funciones, donde le regatean las pagas de beneficios, donde dejan de recibir sus salarios correctamente pasando a cobrar cuando la empresa buenamente te quiera pagar. Una verdadera lacra que está desangrando el sector, y todo ello con la complicidad de la autoridades publicas, que prefieren abaratar costes en sus contrataciones sin tener en cuenta la calidad en el empleo.

El mundo laboral está tan loco y descontrolado, que permite que incluso empresarios al margen de toda norma y ley puedan operar descaradamente en el sector de la seguridad privada aprovechándose de la debilidad de personas que no tienen empleo, funcionando con unas prácticas que huelen tan mal y emiten tal hedor que teóricamente tenían que ser descubiertas de momento y que sin embargo ahí estaban funcionando de forma impune y chulesca. Y al final tiene que ser el propio trabajador afectado el que se líe la manta a la cabeza y denuncie, porque si no, a este tipo de señores no los para nadie.



3 comentarios:

  1. Toda la culpa la tiene de vigilante por estar así trabajando y estando reponiendo en las estanterías de los supermercados y haciendo labores que no son del vigilante eso es lo que tenemos y eso es lo que nos dan soy un vigilante un saludo a todos

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  2. ERROR...jamas la culpa es del vigilante, culpables son las empresas que te presionan, los clientes que te obligan, la ley que lo permite y los políticos que lo aprueban.
    La culpa no fue de los esclavos por sopórtalo si no de los hombres que los traían, los que los compraban y de los que los obligaban a trabajar. No confundamos y le echemos la culpa al que padece las injusticias si no al que las crea.

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  3. Bueno, yo opino que ninguno de los dos acierta ni falla en términos absolutos.
    1. El origen de las irregularidades, nace de las pretensiones de la empresa/usuario (cliente). Pero es el vigilante quien lleva a cabo/acepta que se lleve a cabo, la irregularidad, estando por ley obligado a respetar ordenamiento jurídico.
    2. Recordad que entes como la ITSS, o Seguridad Privada/Policía Nacional están para hacer cumplir la ley, proponer sanciones para incumplimientos constatados.
    Pero si pensamos que van a aparecer para solucionarnos la vida, de oficio, o incluso sin nuestro consentimiento, NOS EQUIVOCAMOS.

    Exposición Final: Denunciar los hechos, directamente por el perjudicado, saber hacerlo (para evitar sorpresas), es necesario para que se programen inspecciones.

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