lunes, 8 de abril de 2019

Multa de 500€ por agredir a un vigilante de seguridad



Multa de 500€ por agredir a un vigilante de seguridad en Arosa (Pontevedra).


La práctica de capturar camarón con truel en las bateas de la ría no tiene por qué entrañar ningún problema, siempre que el individuo en cuestión solicite la preceptiva autorización de los propietarios de las mejilloneras. Cuando no es así, el asunto suele ser motivo de tensión y, en ocasiones, acabar como el rosario de la aurora. Sucedió una noche de agosto del 2017, en un polígono situado frente a Vilagarcía. Un hombre arremetió contra el vigilante contratado para echar un ojo a la batea y le arreó un buen golpe con el bichero de su embarcación. Su iracunda reacción le costará al sujeto, vecino de A Illa, más de quinientos euros.

Faenaba sin permiso en una batea y arremetió con un bichero contra el Vigilante de seguridad

El caso, en realidad, se juzgó en julio del año pasado, y el individuo fue condenado a cuarenta días de multa, a razón de ocho euros, lo que se traduce en una sanción de 320 euros. A ellos se les sumaron otros 232 euros en concepto de indemnización al maltrecho vigilante, que salió del lance con una herida en el cuero cabelludo cuya curación requirió siete días de tratamiento. En definitiva, el arrebato le costará a su protagonista 552 euros. Sucede que el trueleiro en absoluto estaba conforme con el resultado de la vista, así que recurrió la sentencia, que ahora acaba de ser confirmada por la sección número 4 de la Audiencia Provincial de Pontevedra.

La pareja de vigilantes que inspeccionaba la zona requirió la documentación para emitir la pertinente denuncia y uno de los vigilantes de seguridad fue golpeado

El tribunal considera probado que, a eso de la una y media de la madrugada del 3 de agosto del 2017, el acusado se hallaba faenando en una batea en compañía de otro individuo. En un momento dado, una pareja de vigilantes que inspeccionaban la zona les echaron el ojo encima y se dirigieron hacia su embarcación con intención de tomar nota de su folio y cursar una denuncia. Uno de los trueleiros no se tomó demasiado bien la presencia de los trabajadores de seguridad. De hecho, se la tomó tan mal que, lejos de atender sus requerimientos para que se identificase y dejase lo que él y su compañero tenían entre manos, el tipo aferró el bichero de su lancha y le arreó con él a uno de los vigilantes, con el resultado conocido de una lesión en la cabeza.


Que conste que el acusado intentó esquivar la condena. Así, testificó que, en realidad, aquella noche dormía tranquilamente en su casa e incluso mostró fotografías suyas, trabajando a la mañana siguiente. La Audiencia no lo creyó y la sentencia es firme.

El acusado alegó que esa noche estaba durmiendo, pero la Audiencia no lo creyó




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